martes, 25 de octubre de 2016

SEGÚN UN ESTUDIO, LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL, ESTÁN SOBREMEDICADAS.

Se emplea un alto número de fármacos anticonvulsivos y neurolépticos como medida de control conductual.


Desde que tuvimos a nuestro hijo David, afectado de Autismo de Kanner y que,  por cuestiones obvias nos vimos inmersos  en la necesidad de adentrarnos en el mundillo de la discapacidad, no fue necesario tardar demasiado tiempo, mi esposa y yo, en  darnos cuenta y  constatar, no solamente en el caso de nuestro hijo, sino en los hijos de otras familias, afectados también de discapacidad intelectual, el excesivo número de fármacos que los servicios psiquiátricos les prescribían en el intento de conseguir mejorar su control conductal.

En la mayoría de los casos, estas personas excesivamente medicadas, presentan un aspecto soñoliento que les impide poder trabajar con ellos en el ámbito terapéutico para mejorar el cuadro que presentan con la finalidad de que puedan disfrutar de una mayor calidad de vida.

No voy a referir, aquí y ahora, los numerosos casos que he conocido y las posteriores consecuencias registradas, algunas de ellas lamentablemente trágicas,  pero si que voy a reproducir íntegramente un artículo aparecido en una revista que acabo de recibir y que precisamente aborda esta problemática. Lo transcribo íntegramente a continuación.

"LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL ESTÁN SOBREMEDICADAS, SEGÚN UN ESTUDIO.

RAP y AGENCIAS

LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL ESTÁN SOBREMEDICADAS, YA QUE EL 84 POR CIENTO TOMA FÁRMACOS A DIARIO, EL 33 POR CIENTO INGIERE MÁS DE CINCO AL DÍA Y MUCHOS RECURREN A MEDICACIÓN PSIQUIÁTRICA SIN UN DIAGNÓSTICO CLARO, LO QUE PUEDE PROVOCAR GRAVES INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS.  

Estas son las principales conclusiones del estudio Proyecto Pomona-Esp-- financiado  por el Fondo de Investigación Sanitaria del Instituto de Salud Carlos III-- presentado hoy y elaborado con la participación de casi mil personas con discapacidad intelectual y que analiza sus indicadores de salud.

Y la conclusión es que este colectivo está polimedicado con una ingesta media de 4,25 medicamentos que ascienden a 7 o más en el 19 por ciento de los casos.

Los fármacos psiquiátricos desvela el estudio, suponen el 65 por ciento de todos los que toman, aunque no exista un diagnóstico claro de la patología psiquiátrica.

Y esto se debe a que muchos de estos sujetos tienen un trastorno mental asociado -- los más frecuentes son conductuales, psicóticos y Trastorno del Espectro Autista (TEA) -- y necesitan medicación.

Según esta investigación, elaborada por psicólogos, psiquiatrias y trabajadores sociales, " se emplean un alto número de fármacos anticonvulsivos y neurolépticos como medida de control conductual".

En opinión de Rafael Martínez, uno de los psicólogos del estudio, " a veces los propios psiquiatras dicen que tratar los trastornos es complicado y van poniendo o quitando medicamentos a boleo".

Martínez ha explicado que la sobremedicación también puede ocurrir porque el paciente tiene un nuevo doctor, quien prefiere dejarle la medicación como está, " por si algo se descompensa y añadir los fármacos que considere oportunos".

Estas personas pueden tomar varios medicamentos simultáneamente y otros durante largas temporadas, lo que podría generarles problemas de estreñimiento o interacciones medicamentosas.

Del estudio también se extrae que cerca el diagnóstico de autismo del 20% de los sujetos era erróneo.

Por ello, los expertos han coincidido  en que la necesidad de contar con una herramienta  específica de evaluación para diagnosticar si alguien con discapacidad intelectual tiene autismo y han aseverado que " existe una falta de información general y en particular sobre la evaluación del cociente intelectual  y la evaluación de los trastornos mentales".

PROCEDENCIA

" AUTONOMÍA personal". Imserso. Número 18. Año 2016. Octubre.
  

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