miércoles, 14 de octubre de 2015

FAVORES LLOVIDOS DEL CIELO ANTE LAS DIFICULTADES EN LA OBRA HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE DIOS EN BARCELONA.

Grupo de niños inválidos del Asilo-Hospital de San Juan de Dios, de Barcelona. Primeras décadas siglo XX.


Ante las contínuas dificultades económicas padecidas por  la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios,  en la asistencia médica de niños inválidos, escrofulosos, raquíticos y ciegos pobres de Barcelona, acrecentadas a finales del siglo XIX y en   las primeras décadas del pasado siglo XX, el Hermano Luciano del Pozo, cronista de la Orden, asegura haber sido testimonio de tres casos, ciertamente curiosos que se sucedieron en el transcurso de las obras de construcción del Asilo - Hospital de Barcelona.

Siendo el Padre Nicolás de Arrilucea prior interino de la Casa barcelonesa, en el año 1886, se presentó un día el  representante de una casa comercial  para el cobro de una letra de quinientas pesetas. El Superior le explicó que no disponían de dinero en aquel momento para hacerla efectiva. El comercial le hizo saber que llevarían el asunto a los tribunales, atendido que desde hacía algún tiempo intentaban cobrar aquella cantidad sin conseguirlo.

Habían transcurrido escasos minutos de que el comercial había salido del Asilo cuando se presentó un señor para ser recibido por el Hermano Prior del establecimiento, para hacerle  entrega de mil pesetas. Con ellas se pagó la deuda de quinientas pesetas y la diferencia se destinó a otras apremiantes necesidades.

En otra ocasión, cuenta el mismo cronistas, entró un hombre por la puerta del huerto, casualmente abierta, atendido que siempre estaba cerrada, gritando en demanda del Superior y pidiendo por donde se entraba al asilo. Hizo entrega de un donativo de cinco mil pesetas, porqué, mandatario que era de un testamento, había recibido diez mil duros para distribuir, a su criterio, entre diez casas de beneficencia.

Cuando se acordó construir la nueva iglesia, la cantidad de que se disponía era muy escasa, y en consecuencia hubo que paralizar las obras. A los seis días de haberse producido aquella  suspensión, se presentó a visitar la Casa el Sr. Ricardo Roca Molina, acompañado de su esposa Ana Illa y de su hijo de corta edad Juan de Dios. Visitaron detenidamente todas las dependencias y, al llegar a la capilla, preguntaron por el motivo de estar inacabada. Conocedor de la situación que le fueron explicados, ordenó que se reemprendieran las obras a su nombre, y además destinó la cantidad de cuarenta mil duros para seguir las otras edificaciones que fueran necesarias.

FUENTE

"LES INSTITUCIONS HOSPITALÀRIES DE SANT JOAN DE DÉU A CATALUNYA". Orde Hospitalari de Sant Joan de Deu. Barcelona 1935.
















































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