lunes, 18 de marzo de 2024

UN LIBRO CUENTA UNA HISTORIA INÉDITA, DE COMO DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS, DEL HOSPITAL DE LA ISLA TIBERINA, DE ROMA, SALVARON A CIENTOS DE JUDÍOS DEL HOLOCAUSTO.


 "Una luz en la noche de Roma", del escritor y sacerdote extremeño Jesús Sánchez Adalid, explica la historia real de dos médicos italianos que, en la Segunda Guerra Mundial,  en el Hospital de la Isla Tiberina, de Roma, de los Hermanos de San Juan de Dios, salvaron a cientos de judíos del holocausto , gracias a un virus inventado, "tan irreal como peligroso", al que llamaron "Síndrome K".

El libro se sitúa en la Roma que ocuparon los nazis, tras la caída de Mussolini, en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, y cuenta, entre otros hechos, cómo los Hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, del Hospital de la Isla Tiberina, salvaron la vida de centenares de personas judías, para evitar que acabasen en campos de concentración. La mayoría de estas personas eran mujeres, niños y ancianos, que eran escondidos hasta conseguirles una nueva identidad, en unos momentos en que Roma, que vivía bajo el peligro de los bombardeos y su población sufría graves carencias de todo tipo, mantenía el pulso de la vida a través de la ópera, los cafés, teatros y cines que permanecían abiertos. Y es en este contexto, cuando las SS se disponían a capturar a todos los judíos del barrio hebreo, situado junto al hospital de la Isla Tiberina, donde los Hermanos de San Juan de Dios idearon un sofisticado engaño para salvar las vida de todas aquellas personas.

Fieles al valor de la hospitalidad, y a pesar del enorme riesgo que suponía, los Hermanos y sus colaboradores se inventaron una epidemia provocada por el llamado " Síndrome K", convirtiendo el Hospital en el único espacio libre de la dominación nazi. Además, los Hermanos permitieron que se instalara allí una radio clandestina, la Radio Victoria.

"La emisora la tenían escondida los Hermanos en el hospital, y desde allí se enviaban comunicaciones a los aliados, con información estratégica sobre la situación de los nazis en Roma", explicaba el Hermano Ángel López.


El libro explica unos hechos totalmente desconocidos, hasta que el Hermano Ángel López, de la Orden de San Juan de Dios, puso al escritor sobre su pista.


El Hermano Ángel López, junto a Luciana Tedesca, que fue una niña refugiada en el hospital durante la ocupación nazi.

Todo ello a consecuencia de la apertura de documentos del Archivo Secreto del Vaticano en el año 2019 sobre la Segunda Guerra Mundial. El autor del libro empezó a documentarse durante la pandemia del Covid-19 y a tirar del hilo, emprendiendo una exhaustiva  investigación que le llevó a recorrer múltiples calles y escenarios en Roma, además de familiares vivos de algunos de los judíos que fueron salvados por los Hermanos de San Juan de Dios.

En consecuencia, encontró a los descendientes de los protagonistas reales, quienes le proporcionaron el interesante elenco  de testimonios, revelaciones, nombres, fechas y anécdotas que componen el cuerpo de la narración. A través de la historia de amor de Gina y Betto -- nombres ficticios -- relata la sociedad romana bajo el dominio nazi, constituyendo todo ello una mezcla de tragedia, amor, aventura, heroísmo y generosidad.


El  hospital, situado en la Isla Tiberina de Roma, conocido como Hospital Fatebenefratelli, fue fundado por los Hermanos de San Juan de Dios en el año 1583, y desde entonces ha mantenido su actividad sanitaria ininterrumpidamente, siendo testigo de innumerables epidemias reales y avatares de la historia de la ciudad de Roma. El hospital, que actualmente continúa en funcionamiento, está gestionado por el Vaticano desde el verano del año 2022.

lunes, 11 de marzo de 2024

NADIUSKA, LA "SEX SYMBOL" DE ESPAÑA DE LOS AÑOS 70, LLEVA UNA VEINTENA DE AÑOS INGRESADA EN EL HOSPITAL PSIQUIÁTRICO DE CIEMPOZUELOS ( MADRID ).


 Alejandro Santiago explica que la emisión de la serie documental "El enigma Nadiuska", en Atresmedia, le traslada a una etapa de la vida de la actriz que muy pocas personas conoce a fondo. Dice que la Nadia que él conoció, cuando eran vecinos en el Paseo del Prado madrileño, era una mujer lúcida y hermosa. Simpática y cariñosa, y recuerda que se veían en la piscina y que su cuerpo exuberante volvía locos a los hombres, y que en un edificio cercano se apostaban los fotógrafos para inmortalizarla en biquini. Era un objeto de deseo y cuando le decía que la estaban eligiendo como objetivo, se reía y contestaba: "Que salgan mis fotos para que más de una sienta envidia de mi físico"

Pero un buen día dejó de aparecer y desapareció por completo de la vía pública. Dos años más tarde me llamó por teléfono para contarme que tenía nuevos proyectos. Quedamos en la localidad de El Molar y estaba espléndida. Nada hacía presagiar que sería víctima de la esquizofrenia

Pero aquellos proyectos se fueron al traste, y Nadia se escondió de todo y de todos. Su paradero era una incógnita, hasta que mi amigo Jaime Peñafiel me desveló que la actriz estaba malviviendo en un pequeño apartamento cercano a la plaza de Alonso Martínez.

Fui hasta allí, toqué el timbre y la mujer que me abrió la puerta no tenía nada que ver con el icono sexual de antaño. Despeinada, desaseada, con la mente perdida, apenas recordaba datos de su pasado. La estancia se encontraba a oscuras, tan sólo un pequeño rayo de luz penetraba  por una ventana tapada por una sábana negra.

El portero de la finca me contó que la famosa inquilina aprovechaba la noche para bajar al cuarto de las basuras y buscar comida entre los cubos.

Al poco tiempo la echaron del apartamento y se instaló en un hostal de la zona de Cuatro Caminos. Nueva desaparición y su pista me condujo a un banco en medio de la calle de Alcalá, donde pedía limosna y dormía al raso.


De allí se fue a un cobertizo cercano a una gasolinera de Guadalajara, de donde los Servicios Sociales la internaron en un hospital de aquella ciudad. Ya no se acordaba de sus éxitos cinematográficos ni reconocía  a esos amigos que intentaron ayudarla llevándole comida y objetos de aseo al oscuro apartamento de Chamberí. Cuando llegué al hospital psiquiátrico de Guadalajara ya no se encontraba allí. El final de esta triste historia nos conduce al hospital psiquiátrico de la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús situado en el municipio de Ciempozuelos (Madrid).

Diagnosticada de esquizofrenia, lleva en aquel establecimiento una veintena de años. Su vida es muy sencilla. Pasea por los jardines, va a Misa y se relaciona con otros internos. Ve pasar las horas con la mirada perdida en el horizonte. Dicen que ha mejorado de su enfermedad, pero que allí ha encontrado la paz que le faltaba tras los muros del sanatorio. Y que se siente feliz lejos del mundanal ruido. 

Procedencia:
Alejandro Santiago. La Razón. larazon.es. 30 de octubre de 2023. 


Roswicha Bertasha Smid Honczar, nació en Schierling, (Alemania) el día 19 de enero de 1952, de padre polaco y madre rusa, llegó a Barcelona en 1971 y comenzó a trabajar como modelo, saltando al cine en el año 1972, con el nombre de Nadiuska, participando en numerosas películas que alcanzaron gran éxito todas ellas, siendo en particular  una de las figuras  principales del cine del destape.

sábado, 9 de marzo de 2024

UN NIÑO EN BRAZOS DE JUAN DE DIOS.

 



Pere Vallmitjana. Abadia de Montserrat año 1936.

Continuación del anterior post de este mismo blog, que tal y como informé, corresponde a un artículo que tuvo la gentileza de enviarme el Hno. Ramón Martín, de la Comunidad de Hermanos Hospitalarios de Sant Joan de Déu, de Sant Boi de Llobregat, y que publicó en "El Reloj de la Torre", volumen 1, número 19. Me limito a reproducir aquella información.

" Un día Pedrito subió a Montserrat y llamó a la puerta del noviciado de los monjes benedictinos. Lo admitieron  en el monasterio, formó parte de la comunidad durante bastantes años y sus restos hoy reposan en la cripta de la iglesia abacial". 

Así  comienza el relato que el Hermano Giuseppe Magliozzi, romano de nacimiento y misionero filipino  de vocación, escribió para la revista de la Orden. Lo hizo tras una minuciosa investigación en los archivos de la Abadía de Montserrat. Hoy nos lo brinda íntegramente El Reloj de la Torre.

No pretendo contaros un cuento puesto que ésta  es una historia verídica, seria y convincente de un muchacho de 18 años que se llamaba Pedro Vallmitjana y cuyo rostro es sobradamente conocido por los hermanos de San Juan de Dios y muchas personas que lo habrán  contemplado en la escultura del santo que preside muchas iglesias de la Orden o en la hall de entrada de algunos de sus hospitales. Y como no, en los millares de estampas que durante muchos años viene reproduciendo dicha imagen.

Este joven nació en Barcelona el 19de mayo de 1875 y al cumplir los 18 años manifestó el deseo de hacerse monje benedictino. Su petición fue aceptada y, por lo tanto, hace ya poco más de un siglo (29 de junio de 1893) que el joven Pedro fue admitido  en el noviciado del monasterio de Montserrat. Hizo la profesión simple, el 18 de agosto de 1894 y la solemne el 31 de diciembre de 1899.

Era hijo de un conocido escultor, Agapit Vallmitjana (1833 - 1905), autor de numerosas esculturas de carácter religioso entre las cuales destaca la del Cristo yacente, premiada  en las exposiciones internacionales de Viene en 1872 y de Madrid en 1876 y que al fin fue adquirida por el Gobierno español para el Museo de Arte Moderno.

El escultor, que se había casado con la conciudadana Irene Abarca, fue padre de cinco hijos. Pedro fue el cuarto y sufrió desde pequeño una grave forma de raquitismo de la que los médicos dijeron que difícilmente se salvaría y que, en todo caso, quedaría disminuido para siempre. Pero Agapit era un hombre  profundamente religioso y ofreció este hijo enfermizo a la Virgen de Lourdes. El niño se curó y el padre lo llevó al santuario de Lourdes para dar las gracias a la Virgen por lo que él  consideraba un verdadero milagro.

Agapit quiso manifestar también de otra manera su gratitud al Señor regalando a los hermanos de San Juan de Dios de Barcelona, que precisamente prodigaban  sus cuidados a los niños raquíticos, una imagen de su fundador con un pequeño enfermito en brazos, cuyas facciones son exactamente las de su hijo Pedro. La imagen es de tamaño natural, esculpida en madera y durante largos decenios fue venerada en la capilla del hospital. Hoy, por seguridad, se encuentra expuesta en las dependencias de la comunidad de Hermanos del Hospital Sant Joan de Déu de Esplugues y varias copias de la misma reproducidas con gran calidad se encuentran en distintos hospitales de la Orden en España.

Durante la Guerra Civil se evitó la destrucción de la escultura porque los frailes ya se habían ocupado de esconderla antes de julio de 1936. Al volver la paz, la imagen fue expuesta  por algún tiempo en un museo y, finalmente, pudo regresar a la capilla de los Hermanos, donde permaneció hasta que con la apertura  de la nueva ubicación del hospital en el barrio de Finestrelles (Esplugues) fue instalada en el vestíbulo, cuyo vínculo histórico y afectivo con el antiguo  asilo - hospital de Les Corts. El San Juan de Dios de A. Vallmitjana es una imagen muy conocida en toda la Orden Hospitalaria y de entre las más reproducidas del santo.

Pero volvamos a Pedrito, el niño que aparece en los brazos del santo  en la escultura y que, como hemos visto, llegó a hacer su profesión solemne como monje de Montserrat en 1899. El nuevo siglo le traería no pocas novedades. Aunque era un joven de mediano talento, gracias a su buena voluntad y a su constante empeño consiguió completar felizmente los estudios, por lo que fue ordenado sacerdote el 2 de mayo de 1901.

La Abadía de Montserrat estaba confederada, desde finales de 1862, con la de Cassino y se distinguía  por una notable atención a las misiones, tanto que su abad en 1895, Don Josep Deás, se trasladó personalmente  por dos años a Filipinas para fundar allí la primera comunidad benedictina. También Pedro Vallmitjana  marchó a las antípodas poco después de ser ordenado sacerdote, llevando hasta allí el mensaje de San Benito y la devoción a la Moreneta. Dicen que tenía un carácter  algo impetuoso, pero con los años llegó a conseguir un buen autocontrol que le hacía perecer sumiso por naturaleza. Sabía mostrarse atento  con todos y se distinguía por su apego a la vida de oración y a las devociones piadosas. 

Después de haber permanecido varios años en Australia y tras una nueva estancia en Montserrat, el padre Pedro Vallmitjana a sus casi 50 años, fue trasladado en 1924 a la comunidad de Nápoles. Al regresar definitivamente en España, pasó algunos años en la finca de Can Castells. Mientras tanto, la situación política española se estaba haciendo  cada día más tensa y arreciaban las persecuciones contra los miembros de la iglesia católica . Sin embargo, él no se alteraba y el 5 de junio de 1935 escribía al jesuita  padre Juan Arce: " No crea que me encuentro desalentado; al contrario, cuanto más aumenta  la persecución me siento, gracias a Dios, más animado y atrevido, pero sobre todo confiado en la Divina Providencia y en la Virgen María".

Al estallar la Guerra Civil se encontraba en Montserrat como maestro de jóvenes, pero la comunidad fue obligada a evacuar el monasterio y el padre Pedro se alojó  en casa de su Hermenegildo. Sin embargo, como allí era demasiado conocido, le realojaron por prudencia en otra casa de la Aribau, número 89, que pertenecía al ciudadano suizo Juan Drescher.  Éste quedó sorprendido  por la serenidad del benedictino y no olvidó nunca unas palabras que le oyó pronunciar  una tarde en que hablando de  los increíbles crímenes que aquellos días se cometían en nombre de la libertad: " Si con el sacrificio de mi vida pudiese conseguir el fin de esta horrible carnicería, aceptaría de buen grado dicho sacrificio". Y como quiera que Drescher  expresara su propia incredulidad , el monje benedictino, sin mostrarse ofendido por la duda de su benefactor añadió tranquilamente: " Dios sabe  que yo no soy aficionado a las palabras huecas".

El 15 de febrero de 1937 hubo un registro en la casa y cuando el padre Vallmitjana salió de su habitación, al verle tan tímido y modesto, le dijeron sarcásticamente: "Usted es cura?, y como él cándidamente replicó: "No soy cura. Soy monje de Montserrat", se lo llevaron a la prisión del Guinardó.

Desde allí  fue trasladado a la cárcel de San Elías, y después de unos diez días, fue fusilado en Cerdanyola, donde lo enterraron  en una fosa común  en la iglesia junto al cementerio.

Acabada la guerra, fue posible identificar sus restos que se trasladaron a Montserrat el 22 de junio de 1943, depositándolo en la cripta  de la iglesia abacial junto a lo demás monjes caídos tras la cruel  persecución religiosa (1).

(Tomado de Fra. Giusepe Magliozzi, OH. Información y Noticias. Número 130, página 285. Octubre-Diciembre 1993).

(1) José TARIN IGLESIAS. "Los Mártires de Montserrat". Ed. La Hormiga de Oro. Barcelona, 1959. Detención y martirio de Don Pedro Vallmitjana. Cap. VI. "Pensemos en el cambio de vida que nos aguarda", página 64) 



jueves, 7 de marzo de 2024

LA IMAGEN DE SAN JUAN DE DIOS, DE AGAPIT VALLMITJANA .


 Imagen de San Juan de Dios, de Agapit Vallmitjana  (año 1891), que se encuentra expuesta en el Hospital Sant Joan de Déu, de Esplugues de Llobregat (Barcelona), continuador del Asilo - Hospital de Les Corts a quien fue donada por el autor.

A raíz del post que colgué en este mismo blog  el pasado día 5, recordando la celebración de la festividad de San Juan de Dios, este viernes, día 8, el Hno. Ramón Martín, de la Comunidad de Hermanos Hospitalarios de la Orden de San Juan de Dios, de Sant Boi de Llobregat, ha tenido la gentileza de hacerme llegar un artículo que publicó en su día en "El reloj de la Torre", correspondiente al Volumen 1, núm. 19. 

Considerando su importancia, y atendido  la extensión de su contenido, lo reproduciré en dos posts, este, San Juan de Dios, de Agapit Vallmitjana y, dentro de unos días, su continuación, Un niño en brazos de Juan de Dios.

" La escultura catalana alcanzó una enorme fecundidad en la segunda mitad del siglo XIX. Entre los artistas más reconocidos  de ese momento destacan los hermanos Venanci i Agapit Vallmitjana.

Tras el convencionalismo  imperante en la escultura al uso, los Vallmitjana aportaron una plasmación  verosimil y directa de los temas tratados que, pese a que no lo reivindicaron  de manera explícita, conecta de lleno con el realismo propio del mejor arte europeo de la época.

El San Juan de Dios es una obra algo tardía de Agapit Vallmitjana realizada en 1891, cuando el artista pasaba ya los 70 años. Representa al santo, máximo exponente de la hospitalidad y la caridad cristiana, con un niño enfermo en brazos, para el que el escultor tomó por modelo a uno de sus hijos, Pedro Vallmitjana, nacido con graves problemas de raquitismo. Superados dichos problemas, se dice que el padre, sensibilizado como estaba por el tema de la infancia enferma, realizó la obra y la donó al Asilo - Hospital  de San Juan de Dios en el barrio de Les Corts de Barcelona, donde numerosos niños padecían enfermedades similares a la de su hijo.

Durante mucho tiempo la obra permaneció olvidada y hasta que no fue  exhibida en la Exposición de Arte Religioso organizada por el Círculo Artístico de Barcelona en febrero de 1940 no logró cierta celebridad. A partir de entonces, ésta ya se convirtió en una de las obras antológicas de la escultura catalana ochocentista y apareció  reproducida en numerosas monografías.

El San Juan de Dios de A. Vallmitjana es pues un raro ejemplo de estatuaria religiosa de gran exigencia y veracidad plástica, realizada en una época en la que la imaginería sacra, era mayoritariamente de factura adocenada, que en nuestro país  tenía como principal  exponente la producción masiva de los talleres de Arte Cristiano , fundados en 1880 en Olot, y que llenaron iglesias y oratorios privados de imágenes seriadas, de escada ambición estética.

Vallmitjana, en cambio, posiblemente llevado por los sentimientos de piedad y agradecimiento despertados por la curación supuestamente milagrosa de su hijo, enfocó el tema religioso olvidando convencionalismos, y lo hizo con una sinceridad y una sobriedad  que retornaba a los orígenes de la antigua escultura sacra.

(Extraído del artículo de F. Fonbona, en Imágenes de San Juan de Dios - Granada, 1995).





martes, 5 de marzo de 2024

DIA 8 DE MARZO: FESTIVIDAD DE SAN JUAN DE DIOS.

Imagen de San Juan de Dios, en el vestíbulo de entrada del Parc  Sanitari Sant Joan de Déu, en Sant Boi de Llobregat. 
(Foto: Pepita Zenón).

El día 8 de marzo, se celebra la festividad de San Juan de Dios, Patrón de los enfermos, de los enfermeros, de los hospitales y de los bomberos. Es también copatrón de la ciudad de Granada.

La tradición sitúa su nacimiento en Montemor-o-Novo (Portugal, el 8 de marzo de 1495, si bien se cree que pronto se trasladó a España, hospedándose en Oropesa (Toledo), en donde se dedicó  al cuidado y pastoreo de ganado.

En dos ocasiones salió de allí para incorporarse a la vida militar, iniciando un proceso de búsqueda  que le lleva a regresar a Portugal, para después trasladarse a Sevilla y de allí pasar al Norte de África. La etapa más inicial de su vida es confusa y se dispone de muy poca información, si bien se intuye una actitud de búsqueda y el inicio de actos de solidaridad y generosidad  a partir de su encuentro con situaciones de personas necesitadas.

En 1538 regresa a España y se instala en Granada, ejerciendo el oficio de librero, que en aquella época suponía la vida en contacto con la calle y su especialidad con libros de contenido religioso.

El 20 de enero de 1539, después de asistir a la Ermita de los Mártires y escuchar la predicación de Juan de Ávila, se puso en evidencia su proceso de conversión. Una fuerte reacción de disconformidad entre lo que presenciaba en las calles, la pobreza y el sufrimiento de muchas personas. Su enajenación se tomó como locura y fue recluido en  el Hospital General de Granada, donde tuvo ocasión de contemplar  el maltrato y situación de las personas enfermas, intuyendo su aportación  y se propuso que, cuando saliera, dispondría de un hospital para que las personas enfermas y necesitadas pudieran disponer de un mejor trato.

Con el apoyo y acompañamiento de quien después fue San Juan de Ávila, empezó a perfilar su labor hospitalaria, recogiendo y atendiendo  a las personas enfermas que encontraba por la calle, sin otros recursos que su propia persona y las limosnas conseguidas de las buenas gentes.

Su obra creció con rapidez, y su manera de atender y asistir a las personas enfermas y desvalidas, hizo posible que otras personas le ayudaran en su labor. Fueron sus primeros compañeros.

Falleció el 8 de marzo de 1.550, a consecuencia de la enfermedad padecida a raíz de salvar a un joven que se estaba ahogando en el río.





 
 


 

sábado, 4 de noviembre de 2023

JORNADA "MEMÒRIA HISTÒRICA I SALUT MENTAL : FOSSES COMUNES I MANICOMIS"


 Fosas comunas en el cementerio de Sant Boi de Llobregat. 
(Foto: Arxiu Històric Municipal de l'Ajuntament de Sant Boi de Llobregat)

El Programa de Memòria Democràtica  del Sector de la Salut Mental (PMD-SM), en que participa l'Institut d'Història de la Ciencia i la CORE de Salut Mental de la UAB, organiza una jornada para dignificar públicamente  la memoria de las víctimas de la atención manicomial.

Para ello, el  martes, 28 de noviembre  próximo, tendrá lugar en la Sala de Plens del Districte de Nou Barris , Plaça Major de Nou Barris, 1, de Barcelona, la Jornada " Memòria històrica i salut mental: Fosses comunes i manicomis".

El acto pretende ofrecer un espacio de reflexión i de análisis sobre la alta mortalidad  en los manicomios y la inhumación en fosas comunes durante la Guerra Civil española. Para ello, personas expertas analizarán las claves sobre la futura búsqueda sobre el mapeo  de las fosas comunes  de los manicomios catalanes.

La jornada se iniciará visionando el corto " Quines flors es porten a una fossa?",y a continuación  se celebrará una conversación  sobre silencios, verdades y dignificación  de las víctimas, en que se darán a conocer  experiencias personales de hallazgos para conocer la historia de familiares que habían vivido, y muerto, en los manicomios de Sant Boi de Llobregat  y Nou Barris.

La segunda conversación, que versará sobre mortalidad en manicomis i fosses comunes, permitirá conocer el proceso  de hallazgo  en el Arxiu Municipal de Sant Boi de Llobregat para cuantificar la mortalidad  en los manicomios durante la Guerra Civil española, e identificar a   las personas que fueron sepultadas en fosas comunes.

PROGRAMA

09:30 - 09:45 Bienvenida institucional. 
Gemma Ubasart. Consellera del Departament de Justicia, Drets i Memòria.

09:45 - 10:00 Presentación de la Jornada.
Edgar Vinyals. Programa Memòria Democràtica del Sector Salut Mental.

10:00 - 10:30 Visionado del docu-ensayo "Quines flors es porten a una fossa?". El trabajo de Elena Gilda  parte de cuestionar  el relato familiar entorno de la muerte de Joaquima Hernández Oliver, su bisabuela. La única referencia que tenía de ella era de que había muerto loca durante la Guerra Civil española.

10:30 - 12:00 Conversación: Silencis, veritats i dignificació de les víctimes.
Elena Gilda. Cineasta y artista visual entorno las memorias y las relaciones de poder.
Francesc Martínez. Activista en primera persona para la Salud Mental.
Anna Miñarro. Psicóloga clínica  y psicoanalista experta en Derechos Humanos.

12:00 - 12:30 Pausa - Comida.

12:30 - 14:00 Conversación : Sobremortalitat a manicomis i fosses comunes.
Carles Serret. Responsable de l'Arxiu Històric Municipal de Sant Boi de Llobregat.
Assumpció Malgosa. Catedrática de Antropología Física y Vicerectora de Recerca de la Universitat Autònoma de Barcelona.

14:00 - Fin de la jornada.

COMISIÓN ORGANIZADORA

Mónica Balltondre Pla (IHC - AB)
Silvia Levy Lazcano (CSIC)
Sònia Sánchez -Busqués (CORE Salut Mental UAB)
Ivan Sánchez Moreno (Grup d'Història de Nou Barris)
Queralt Solé Barjau (UB)
Edgar Vinyals Rojas (Coordinació PMD - SM)


Es necesario inscribirse para  asistir a la jornada, que es gratuita hasta completar el aforo, rellenando este  impreso y enviarlo.



miércoles, 20 de septiembre de 2023

24 DE SEPTIEMBRE : 128 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA DEL PADRE BENITO MENNI A SANT BOI DE LLOBREGAT PARA HACERSE CARGO DE SUS ESTABLECIMIENTOS PSIQUIÁTRICOS.


 Lápida de mármol, en " Recuerdo y homenaje  a la primera Comunidad de esta Casa en el 50 aniversario de su fundación. 1895 - 1945", que  se encuentra en una de las dependencias de los Hermanos  Hospitalarios de San Juan de Dios.
(Foto: Mestres)

El sábado, 24 de septiembre, se cumple el 128 aniversario de la llegada del Padre Benito Menni a Sant Boi de Llobregat, acompañado de las primeras Comunidades formadas por  24 Hermanos Hospitalarios  de San Juan de Dios y de 31  Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, para hacerse cargo  de aquella institución psiquiátrica, que en aquellos momentos asilaba a 700 hombres y 700 mujeres.

El Instituto Manicómico de San Baudilio de Llobregat fue adquirido, catorce años después del fallecimiento de su fundador, Dr. Antonio Pujadas y Mayans, mediante escritura otorgada el 20 de agosto de 1895 ante el notario  Francisco de Sales Maspons y Labrós, de Barcelona, compareciendo por la parte compradora  Don Ángel Hércules Menni y Figini, Presbítero, Superior en España de la Orden de San Juan de Dios, por la cantidad de un millón de pesetas.